¿Por qué cambian tanto los nombres científicos de las especies? por Mario García Paris

Fotos de macho y hembra de Artemia monica que hasta principios de marzo de 2021 se llamaba Artemia franciscana

En las últimas décadas se ha producido una auténtica revolución en el conocimiento de la biodiversidad. Esta revolución se ha centrado en la aparición de nuevas técnicas de análisis, tanto morfológicas como moleculares que han permitido finalmente abandonar el subjetivo "principio de autoridad". Si a esto le unimos las facilidades para la exploración de nuevos territorios y el auge de naturalistas aficionados que observan la naturaleza, pues nos encontramos con un significativo avance del conocimiento del medio natural. Sin embargo este mayor conocimiento no implica necesariamente que los nombres científicos tengan que cambiar, y de hecho, muy pocas veces cambian realmente. En esta charla se discuten cúales son las razones por las que es necesario cambiar un nombre y en segundo lugar por qué tanto los naturalistas como los gestores de la conservación deberíamos aceptar con ganas y emoción estos cambios nomenclaturales (porque suponen una mejora real del conocimiento de los organismos que nos preocupan). La conclusión final es que los estudios evolutivos sobre los procesos que originan la biodiversidad de nuestro planeta señalan que éstos son tan variados y dependen tanto de factores estocásticos, que apenas se pueden generalizar de un grupo animal a otro. Esta situación es muy difícil de aceptar para nuestras mentes tan acostumbradas a pensar linearmente y a corto plazo y más aún si pretendemos usar "recetas" o "fórmulas" para gestionar la conservación de la naturaleza, pero lo que no podemos hacer es pretender que las propuestas que hacemos (como dar nombres) sean más estables que el propio conocimiento de la diversidad que nos rodea.