Los Elegidos. Fauna cavernícola ibero-balear por Alberto Sendra Mocholí

Vivir sin luz, sin un solo fotón de energía solar, no parece tarea fácil. Sin embargo, y contra todo pronóstico, una buena parte de la exuberante biodiversidad en este planeta mora en absoluta oscuridad, en los poros e intersticios de las duras rocas, en el interior de las oscuras y húmedas cuevas. Es ahí donde prospera un elenco de grupos zoológicos. Son “los elegidos” de este mundo bajo el suelo.

Entre los grupos de elegidos nos referiremos solo a aquellas categorías taxonómicas a nivel de especie, género, familia o incluso orden que han dado lugar a poblaciones o especies capaces de habitar las cuevas, adaptarse a su ambiente y vivir exclusivamente en estos espacios de oscuridad total. Los etiquetamos como cavernícolas, si bien en bioespeleología o biología subterránea (ciencia que estudia la vida en las cuevas) se les califica de troglobios (si ocupan los ambientes terrestres) o estigobios (si hacen lo propio en los acuáticos). Aquí, no consideramos a las especies que solo visitan las cuevas o salen de ellas periódicamente, como sucede con los casi omnipresentes murciélagos de las cuevas. El interés ecológico de estos mamíferos voladores es inmenso, pero nuestros elegidos no son ellos sino aquellos a los que jamás veremos, o solo excepcionalmente, fuera de los hábitats subterráneos.

En Habitantes de la oscuridad: Fauna Ibero-balear de las cuevas, una obra recién publicada por la Sociedad Entomológica Aragonesa, tratamos ampliamente esta fauna del subsuelo, su diversidad y origen, a la vez que nos adentramos en los peculiares ecosistemas cavernícolas que la acogen.

Participa en la presentación:

Francisco Millán de la Federación Espeleológica Madrileña