Restauración de Colecciones de Bellas Artes e Instrumentos Científicos

Además de las colecciones científicas, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) se conservan bienes de otras tipologías directamente relacionados con la trayectoria de la institución. A lo largo de sus más de 250 años de historia, la acumulación y salvaguarda de piezas de distintas procedencias han conformado dos colecciones sorprendentes y diversas, cuya conservación resulta fundamental: las colecciones de Bellas Artes e Instrumentos Científicos Históricos.

La colección de Bellas Artes es un verdadero tesoro artístico que engloba pinturas, esculturas, medallas conmemorativas, insignias de congresos científicos, etc. Algunas de estas piezas, relacionadas con la historia natural, se remontan a la fundación del Real Gabinete de Historia Natural, como las piedras bezoares montadas en plata o el cuadro de La Osa Hormiguera, realizado por el pintor alemán Anton Raphael Mengs. Por otro lado, la colección de Instrumentos Científicos Históricos tiene su origen en la propia actividad científica que se ha desarrollado en el Museo. Al igual que Bellas Artes, está formada por bienes muy dispares que abarcan un extenso ámbito temporal (siglos XVII-XXI) y que tienen la capacidad de explicar por sí mismas el proceso y el progreso científico a lo largo del tiempo. En esta colección coexisten objetos de muestreo para recolectar ejemplares, instrumental de preparación en laboratorio, microscopios, lupas, con equipos más modernos de análisis que ya han quedado obsoletos, y una importante cantidad de equipos fotográficos antiguos y modernos.

Restauración de una máquina de fotos antigua
Restauración de una máquina de fotos antigua fabricada en madera. Foto: Marta Onrubia

Las colecciones de Bellas Artes e Instrumentos Científicos Históricos son, verdaderamente atípicas dentro de un museo de historia natural, pero directamente relacionadas con ella, que materializan y dan cuenta del trabajo científico que se ha hecho en el centro. La conservación y restauración de estos valiosos bienes, resulta una tarea fundamental.

En particular, la colección de Instrumentos Científicos Históricos presenta un desafío único debido a los materiales utilizados en su fabricación, principalmente en metal, y en madera, los más antiguos. Uno de los principales problemas que aparece en esta colección es la corrosión de estos objetos por la interacción con el medio ambiente o con otros metales. Por ello, la conservación preventiva es una tarea esencial para evitar daños mayores. Los instrumentos son cuidadosamente almacenados en cajas fabricadas con cartón de conservación y se envuelven en textil de polietileno para protegerlos de agentes externos que puedan causar deterioro. Además, se monitorean constantemente los parámetros de temperatura y humedad relativa de los espacios de depósito. Esta misma metodología se aplica también de forma general a los bienes de Bellas Artes, donde también pueden encontrarse muchos elementos metálicos, como las medallas e insignias o máquinas de escribir antiguas. Estas tareas se llevan a cabo a diario para garantizar su efectividad, así como la revisión y limpieza de las piezas expuestas y el control constante de las condiciones ambientales.

Al igual que con las colecciones científicas y documentales, las restauraciones que se acometen sobre estos bienes patrimoniales están encaminadas a restituir la integridad y legibilidad del bien teniendo en cuenta la propia historia del objeto. Siguiendo el criterio de máximo respeto por la obra original, se aplican tratamientos reversibles y discernibles garantizando así su autenticidad y preservando su valor histórico.

Algunos de estos bienes que se han incorporado más recientemente a las colecciones han sido descubiertos en dependencias del Museo donde las condiciones de conservación no eran las ideales lo que resultó en un deterioro significativo. Un ejemplo, es el caso de una linterna mágica de proyección (Sig. ICH0322) del siglo XIX hallada a finales de 2020. El objeto, fabricado en hierro, vidrio, cartón y latón, estaba muy sucio y presentaba corrosiones importantes en el cuerpo de hierro, que fueron estabilizadas con ácido tánico y, posteriormente, consolidadas con resina acrílica. De esta forma, se logró estabilizar y detener el avance de la corrosión, evitando que sufriera más daños. Cuando la corrosión aparece en piezas fabricadas con aleaciones de cobre, el material utilizado en la inhibición es Benzotriazol.

Linterna mágica de proyección recortada
Linterna mágica de proyección del siglo XIX, restaurada recientemente. Foto: Marta Onrubia

En casos similares, cuando se deteriora la madera de las cajas de instrumental o de los propios aparatos, dependiendo de su estado de conservación, se opta por tratar la superficie con goma laca, como se intervino un milivoltímetro del siglo XIX de la marca Weston (Sig. ICH0229) que presentaba abrasiones y había perdido la mayor parte del barniz. En otras ocasiones se realiza una limpieza superficial y se aplica un tratamiento con cera incolora para devolver el lustre de la pieza, como se aplicó a una urna de madera para votaciones (Sig. BA0065). La diversidad de piezas y materiales requiere una evaluación meticulosa del estado de cada bien y las circunstancias de su actual estado de conservación. De esta manera, se pueden aplicar tratamientos de restauración adaptados a las necesidades individuales de cada objeto, preservando así su valor histórico y cultural para las generaciones futuras.

Texto: Marta Onrubia Chinarro / Edición: Ignacio Doadrio.

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